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La poesía como memoria del idioma por FRANCES JACQUES ROUBAUD

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La poesía como memoria del idioma –En un mundo tan plano, tan brutal, tan escasamente poético, dominado por la imagen comercial y la función de beneficio, la poesía aparece como una suerte de arte gratuito, espontáneo, sin especulación. –Hay una lucha constante entre la tendencia de la sociedad por olvidar la poesía porque no es comercial, y la poesía misma que busca medios de existencia donde el aspecto comercial sea secundario. La poesía tiene una función especial, tanto para quienes la componen como para quienes la reciben. La poesía ofrece a los individuos lo que es más precioso en su idioma. Es lo que yo llamo la función memoria del idioma, es decir, la poesía como una memoria del idioma. La poesía no apunta a contar esto o lo otro, a demostrar una u otra tesis política, sino que apunta a hacer que el lazo de cada individuo con su memoria, con su idioma, sea lo más precioso posible. Desde la infancia misma, a los niños les gusta la poesía porque, a través de ella, los niños ent...

La benéfica y delicada lectura de Andi Nachon sobre La Isla. Gracias An!

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La isla o el espacio para la transmutación “La sombra, las palabras, han cambiado el tigre camina entre peñascos” Con estos primeros versos, Mercedes Araujo abre el juego para un recorrido que tiene como hitos y señales distintos momentos del cambio. Algo ha ocurrido, y ese incidente funda este proceso que los poemas transitan levemente distanciados, con la precisión y minucia de una niña cuando observa hormigas o experimenta cómo una cascarita abandona lentamente su rodilla y deja marca, rastro de sangre y, también, piel nueva. Paisaje extrañado, vegetación y potestades animales hacen entonces de escenario capaz de reflejar y refractar en mecanismo de espejos mirada y sensibilidades del yo. Un yo vuelto lagarto, tigre o caballo. Mutaciones del cuerpo en reterritorialización del cuerpo animal. Como si en esas metamorfosis hubiera esperanzas de hallar   cierta respuesta o pista que dé cuenta de algún porqué. Así dice: “Perro, reptil, ave de presa, todo me sorprende” O: “mi a...

Mori Ponsowy presenta su novela Abundancia. A festejar!

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Las cuatro reglas para vivir en la montaña

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:::::: Uno no debe perder el sabor de estar enfermo, ni tampoco de ser destituido. :::::: Hay cuatro reglas para vivir en las montañas: que no haya formaciones de árboles ni grupos de rocas, ni suntuosidad en la casa, ni artificios en el corazón humano. ::::: Uno debería ver las sombras de las flores en el agua, la sombra de los bambúes bajo la luna y la sombra de la belleza detrás de la cortina de una puerta. ::::: Si una persona puede mantener diez mil volúmenes de libros raros, encuadernados en preciosos brocados y perfumados con inciensos, mientras el vive en una casa pequeña con una túnica de algodón barato, puede llamársele sin la menor duda, una persona extraordinaria sobre la tierra. ::::: Vivir en la montaña tiene ocho ventajas sobre vivir en la ciudad: no hay convenciones estrictas, ni visitantes extraños, ni confusiones con el vino y la carne, ni peleas sobre la propiedad, ni preocupaciones sobre el traicionero corazón humano, ni disputas sobre el bien y el mal,...

El martes: se presentan La isla y La coleccionista. Vengan!

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Para ser feliz toda la vida, cuidar un jardín mientras escribo

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::::::: Muy pocas cosas me hacen reír en soledad: la risa debe de ser en mí un rito social, porque cuando estoy solo me sale poco. Pero de entre esas escasas risas hay tres que no me fallan: ciertos videítos de Violencia Rivas, el descubrimiento de alguna metáfora suculenta cuando escribo y la aparición de la primera flor en mi jardín. Una alegría radiante. Y me río. Yo soy medio agnosticote, pero mi mujer, que es de fe, suele hablarme del concepto de la gracia, la manifestación de lo sagrado. El humor, la poesía y las plantas deben ser el módico altarcito que venero. Para ser feliz un rato, emborracharse. Para ser feliz una semana, hacer un viaje. Para ser feliz un año, casarse. Para serlo toda la vida, cuidar un jardín. Así dicen los chinos, tan proverbiales siempre los tipos. Grandes, los chinos. Una verdad grande como un ombú: de nada disfruto tanto como de la jardinería. Y nada le va mejor, estoy convencido, al trabajo del escritor. Le siguen, cerquita, los gatos, pero queda...

El ruido de la fruta que cae sobre el pasto

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::::::: …si bien no existen más que los mil niveles de raudas nubes del lenguaje donde no somos, en nuestra breve jornada, más que un ligero frunce de las estructuras, un pliegue que no podríamos aspirar a reconocer íntegramente –no deja de ser cierto que decimos Yo, cuando hablamos en la urgencia de los días, en el seno de una condición y de un lugar que por ello siguen siendo una realidad y un absoluto, cualesquiera sean las apariencias o la carencia del ser. ::::: Interrogar la poesía, por otra parte, dentro de mi destino no es sino la reacción más natural, puesto que fue en su experiencia con el curso de los años donde se me presentaron las contradicciones y las inquietudes que acabo de intentar expresar, pero donde también se volvieron persistentes una esperanza y una idea de la esperanza. ::::::: Tenía ante mi vista otra evidencia, alimentada por otros poetas, la del agua que corre, el fuego que arde despacio, el existir cotidiano, el tiempo y el azar que son su úni...

Transformaciones que ocurren en ciertos jardines

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:::::: Quiero hablarte a vos. ¿A quién más podría? Sos vos el que hace un mundo del cual hablar. En tu calor maduran las frutas— todas las manzanas y las peras que crecen sobre la pared sur de mi cabeza. Si vos escuchás llueve para ellas, y entonces beben. Si respondés las semillas saltan a tierra. Hablá o hacé silencio: tu silencio me va a hablar. Denise Levertov, traducción de Sandra Toro, tomado del Blog Denise Levertov en castellano. ::::::: Han cortado la rama de pino medio seca que durante cuatro años he visto balancearse junto a una tapia de ladrillo rojo. Esa madera, esa resina, esas escamas de corteza, esas delgadas agujas desaparecidas, se dibujan en mi memoria con la exacta precisión de un dibujo de Hokusai. Objeto cualquiera, inerte, sin relación conmigo, que ha cumplido su destino en otros reinos pero dotado por mi atención de una suerte de duración espiritual, destinado a sobrevivir, sin duda, o por lo menos a vivir tanto como yo, transmisible a otros, mudado en s...

Lo bueno en las horas de deleite

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La necesidad de ganar o amasar tu pan, el sueño, el amor, la ropa limpia que te pones, un viejo libro que relees, la sonrisa de la negra o del sastre polaco de la esquina, el olor de los arándanos maduros y el recuerdo del Partenón. Todo lo que era bueno en las horas de deleite sigue siendo exquisito en las horas se desvalimiento. Los que cambian de opinión en la desgracia, como los que se convierten en el momento de morir, confiesan con ello que han vivido mal. ::::::: Hallar, por placer, lo equivalente a la notación musical o al lenguaje de los números. O si no, la obscenidad más completa, los monosílabos más simples, a condición de dirigirse a un oído lo bastante puro, lo suficientemente desprovisto de miedos vanos... O que lo indecible sea apaciblemente aceptado como tal. La gran Margarita, en peregrina y extranjera. XIV. Cuaderno de notas, 1942-1948. :::::::: Viernes a la noche, lecturas, cavilaciones, morriña, una alegría, ideas, sonidos, pasado, presente y futuro, hasta,...

Hoy: Paula Aramburu presenta su libro Desplazamientos

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Editorial Ciudad Gótica y Librería Fedro tienen el agrado de invitarte a la presentación del libro de poemas Desplazamientos de Paula Inés Aramburu La pesentación estará a cargo de la poeta Claudia Masin, y nos acompañarán con su calidez de siempre las poetas Ana Lafferranderie y Florencia Walfisch.  La cita es el viernes 12 de noviembre de 2010 a las 20:00 hs en Librería Fedro, Carlos Calvo 578 (San Telmo), Buenos Aires. Los esperamos!

Quisiera llamarme como un río

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:::::: “Deseo tanto tener noticias tuyas” esa manera pulcra de decir “deseo tanto tener noticias tuyas” si dijeras por qué te fuiste por qué estás trepando el monte Kenia como cabra. No trepo el monte Kenia como cabra soy el carnero vuelto de espalda sobre la piedra tengo las patas y las manos atadas en ángulo recto y espero paciente que alguien me dé un nombre. Quisiera llamarme como un río: Cumene Cumene es apropiado para renacer. :::::: ¿Pensaste como el elegido en ser inmortal hablar swahili regresar a la orilla flotar sobre la hierba? Otros viajeros conversan no encuentro el momento para decirles cuando navego soy carnívora gritar trepada a la vela: carnívora ojos de chita furtiva, sanguinaria y cansada. :::::: Duele flotar en el Índico porque se nada con languidez y se oyen aullidos o se rezan plegarias a los baobabs suspendidos en el aire o con vaguedad la luz blanca mastica el cielo y el viento se espirala como humo ahí donde el agua suelta bramidos nos convendría ...

Sobre Pound y también, pensar, sentir, ocurren en el lenguaje

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Dice Levertov: Algo que todos le debemos a Pound fue su conciencia de la necesidad de precisión en la poesía, y también de los peligros del sentimentalismo auto-indulgente. ::::::: …ser responsable de la precisión de lo que uno dice; me parece lo más básico que uno puede aprender de Pound. Su poesía también es de algún modo fascinante. Por ejemplo, su influencia cubista, la idea de que la relación entre los objetos cambia a medida que uno se mueve. Algo del supuesto método del mosaico de Pound combina elementos para que uno tenga una nueva perspectiva sobre ellos. ::::::: Para mí la revelación en poesía siempre concierne al movimiento de la mente tal como piensa y siente y así lo hace en el lenguaje. Para un poeta, el proceso de pensar-sentir no se traspone directamente al lenguaje. Más bien, ocurre en el lenguaje. ::::::: Creo firmemente que el verso en sí expresa "patrones de mirada". Nunca entendí realmente la teoría de la respiración de la que habla Olson; pero c...

Frida y el día de los muertos

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:::::::: Conocía el rito de festejar el día de los muertos, prepararles ofrendas, levantarles un altar en cada casa y rodearlos de todo lo que en vida hubieran gustado, los más ricos manjares y bebidas y sus cosas preferidas. En mi vida nunca existió tal rito, pero hoy, con esa sensación tan extraña de haber atravesado la muerte en forma comunitaria recordé esos días en México y a Frida, a quién tantos altares levantan por todo el DF y también esos bellísimos versos de la Fedra de Racine que dicen: “Y se mostró en vida a las sombras infernales; pero no pudo salir de tan triste morada, ni traspasar esas orillas sin retorno”. :::::::

En lo imperceptible, lo grande

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::::: La experiencia poética como una forma apenas voluntaria, en gran parte intuida, de inmiscuirse en la región de lo secreto. :::::: El tiempo no es una dimensión de la realidad enlazada con las dimensiones espaciales, y por lo tanto, todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, habrán de considerarse no tan verdaderas como los pequeños destellos de ellas que el espíritu predispuesto pueda, por un instante intuir, percibir. :::::: Lo que fue y lo que vendrá, concebidos, como una ordenación de cierto espíritu a realidades diversas. En cierto momento, algunas cosas existen y otras no. ::::::: La única realidad de la cual podemos dar evidencia, es la de nuestra percepción poética y ni siquiera como relatos descifrables de la propia vida a los cuales pretender dar razones sino como posibilidad de la escritura en tanto aprehensión   epifánica del instante. ::::::: Lo que ocurrió, el devenir, no es tal hasta que el ánimo o espíritu lo reconoce y da cuenta de ello, no co...

PETER HANDKE: Una naturaleza desconocida

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::::::: El verde de las hojas afuera, casi con vida, como de seres vivos, parece un enjambre que ilumina el árbol, mariposas de naturaleza desconocida sentadas sobre el follaje del árbol, el jardín entero se vuelve de pronto una naturaleza desconocida y en la habitación de pronto veo una flor, que cayó durante la noche, en el suelo, como quebrada, todo roto en ella, ya no más reconocible como flor sino como astillas y cenizas, otra naturaleza desconocida, como las alas de una polilla entre fragmentos de caparazón de escarabajo, indefinible. Peter Handke, Bajo el peso del mundo, Adriana Hidalgo. :::::::

La belleza del mundo

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:::::: El amor carnal en todas sus formas tiene por objeto la belleza del mundo. Muy a menudo también en la búsqueda del placer carnal los dos movimientos se combinan, el movimiento de correr hacia la belleza pura y el movimiento de huir lejos de ella en una confusión indiscernible. Si el amor carnal en todos los niveles se dirige más o menos a la belleza –y las excepciones no son más que aparentes- es porque la belleza en un ser humano hace de él por la imaginación algo equivalente al orden del mundo. El amor que se dirige al espectáculo de los cielos, las llanuras, el mar, las montañas, el silencio de la naturaleza que se hace sentir en mil leves sonidos, al soplo de los vientos, al calor del sol, ese amor que todo ser humano presiente al menos vagamente en un momento, es un amor incompleto, doloroso, porque se dirige a cosas incapaces de responder a la materia. Los hombres desean trasladar ese mismo amor a un ser que sea su semejante, capaz de responder a su amor, de decir sí...

Aunque yo sé una canción de África

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:::::: Aunque yo sé una canción de África –pensaba-, de la jirafa y de la luna nueva africana tendida de espaldas, de los arados en los campos y de los rostros sudorosos de los recolectores de café, ¿Sabrá África una canción sobre mí? ¿Vibrará el aire en la llanura con un color que yo he llevado o los niños inventarán un juego en el cual esté mi nombre? ¿La luna llena proyectará una sombra sobre la grava del camino que será como yo, o me buscarán las águilas de Ngong? (Fragmento, Isac Dinesen) :::::: Píldoras para la malaria, el cólera y la fiebre amarilla un poema antiguo me indica adónde voy: “una hiena presa con una correa, un pedazo de carne , un poco de agua en un vaso puesto junto al fuego” con el hocico cargado digo mis oraciones -como una hiena- mi bendición es mi maldición. :::::: Sueño con leones, mosquitos y gritos en la noche. No sueño con mi muerte. Vine en busca de una acacia. Una acacia y a sus pies una jirafa...