En lo imperceptible, lo grande




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La experiencia poética como una forma apenas voluntaria, en gran parte intuida, de inmiscuirse en la región de lo secreto.

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El tiempo no es una dimensión de la realidad enlazada con las dimensiones espaciales, y por lo tanto, todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, habrán de considerarse no tan verdaderas como los pequeños destellos de ellas que el espíritu predispuesto pueda, por un instante intuir, percibir.

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Lo que fue y lo que vendrá, concebidos, como una ordenación de cierto espíritu a realidades diversas. En cierto momento, algunas cosas existen y otras no.

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La única realidad de la cual podemos dar evidencia, es la de nuestra percepción poética y ni siquiera como relatos descifrables de la propia vida a los cuales pretender dar razones sino como posibilidad de la escritura en tanto aprehensión  epifánica del instante.

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Lo que ocurrió, el devenir, no es tal hasta que el ánimo o espíritu lo reconoce y da cuenta de ello, no como marcas indelebles de la experiencia, sino como un presente absoluto, en el que sólo se reconocen las huellas, la sola revelación de lo existido.

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En la percepción no hay certeza, la percepción es inestable, puesto que es variable y casi invisible, la percepción no se escribe, se inscribe, para luego volver a mudar. Hay dudas, hay sombras, hay algo semejante al dolor y unas mínimas respuestas siempre sujetas a la posibilidad, al tal vez.

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Buscar en lo minúsculo, en lo imperceptible, lo grande.

Comentarios

  1. mer! al fin un paseito por tu jardín! q lindo espacio!!!! bellisimas las fotos!!! y un placer encontrarme con estas palabras! besitos. jor

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  2. Jor! qué linda visita. Espero que vengas seguido y tomemos té y demos paseos juntos a los perros, admirando las flores que están cárdenas y refulgentes...ese tipo de cosas que se hacen en los jardines. Gracias!
    Un beso grande
    merce

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