Javier Foguet: este eucalipto que respira como un fuego
::::::::: Crónica de Barranco En Barranco habité una casa indescriptible: muelle completado con restos de un naufragio de la Corona… Mi habitación miraba al espacio, por el lado del mar, con un ojo humeante de bruma… La mujer mitad mujer mitad sapo que presidía me comunicó sus tablas: no probar cocaína en dirección a los pájaros de la playa, pero por sobre todo, no dar alimentos al cachorro que ocupaba el cuarto más amplio de nuestro palacio: nunca había visto un jaguar que mirase con tanta intensidad las olas detrás de un ventanal y a mí me atacó una impaciencia de ser, de poesía, que me obligó a profundizar los vagabundeos y la soledad para volver con hambre a los tabiques de pobreza, a la melancolía pura de mi joven vecino… (La casa-muelle se derrumbó durante los terremotos que remecieron la costa de Perú la tarde del 15 de agosto de 2007.) ::::::::: A Iquitos por agua El cacao con agua y canela tenía en los platos el mismo color, las mismas vetas que los montícu...