Emily Dickinson/ La asesina rubia pasa/ El sol prosigue impasible
¡No soy Nadie! ¿Quién eres tú? ¿Eres tú -Nadie- también? ¿Somos entonces dos? ¡No lo cuentes!, ¡sabes que lo dirían! ¡Qué triste -ser- Alguien! ¡Qué vulgar -como una rana- recitar el propio nombre -a lo largo de todo Junio- a un admirador Pantano! Trad. de Irene Gruss ::::: El cielo está bajo, las nubes son oscuras, Y la nieve, viajera, Cruza un establo o a través de un camino Discute si se irá. Un viento mezquino se queja sin descanso De cómo alguien lo trató. La naturaleza, como nosotros, a veces es atrapada Fuera de su diadema. Trad. de de Raúl Gustavo Aguirre ::::: La esperanza es el ser alado Que se posa en el alma, Y canta una canción sin palabras, Y nunca, nunca termina. Y dulcísima se la oye en el viento; Y sólo una dura tormenta Podrá abatir al pajarito Que a tantos mantuvo en suspenso. La oí en las tierras más frías, Y en la mar más extraña; Pero nunca, ni en la miseria más grande, Me pidió una migaja.