Entradas

Mostrando entradas de julio 3, 2011

HD: Dios del acantilado, ¿te das cuenta de lo lejos que están los bordes de tu casa, cuánto tuve que andar?

Imagen
El templo del acantilado I Amplio portal brillante,      borde de roca,      rocas fijadas en salientes largos,      fijadas al oscuro, plateado granito,      a una roca más clara      —un corte limpio, blanco contra blanco. Ninguna cabra, arriba      —arriba—, trepa, ni oveja alguna      pisa tu suave hierba;      te alzas, borde del mundo,      pilar celeste. El mundo se elevó:      estamos junto al cielo;      sobre nosotros chillan los halcones,      planean las gaviotas      —el terrible oleaje queda mudo      desde este lugar. Abajo, al filo de la roca,      donde la tierra es presa de fisuras      del roto acantilado,      un arbusto resiste al vendaval,      se dobla —pero huelen      sus blancas flores a esta altura. Y bien abajo,      ruge el viento:      silba, retumba,      gruñe —aplasta la hierba      con su gran pie.      II Dije:      ¿debo seguirte siempre, siempre,      a través de las piedras?      Casi te alcanzo. Escapas