Marguerite Yourcenar: Lo vi tragado por la noche que comienza y luego ya no vi más lo que era mi corazón
XIV. Cuadernos de notas, 1942-1948- Peregrina y extranjera 1942 . Todo hombre, capitán a bordo después de Dios. Todo hombre, prisionero en el fondo de la bodega. Y navío al mismo tiempo que marinero. Océanos vacíos, playas abandonadas para siempre o jamás alcanzadas, faros, naufragios, botella arrojada al mar: volvemos a un tiempo en que las metáforas recobran su peso y su densidad de cosas, vuelven a medirse en millas terrestres o marinas, en unidades de espacio o de peligro. Y si el frasco con cabellera de algas danza para siempre sobre el mar sin que nadie lo vislumbre, lo repesque y lo salve, al menos habrás hecho florar un frágil objeto humano en la superficie de las olas. * ¿Qué es lo que te ayuda a vivir en los momentos de desconsuelo y de horror? La necesidad de ganar o amasar tu pan, el sueño, el amor, la ropa limpia que te pones, un viejo libro que relees, la sonrisa de la negra o del sastre polaco de la esquina, el olor de los arándanos maduros y el recuerdo del Partenón.