La plenitud de CLAUDIA MASIN
Y para terminar el último día de este año, me voy a la madriguera, deseándoles/deseándome abudancia de: belleza (para la felicidad), amor (para la intemperie), encuentros (para la soledad) y coraje (para la plenitud y todo lo anterior) y les dejo un bello poema de regalo . ::::::: La plenitud Hay una historia que quiero contarte: a veces, en medio del bosque abrupto y solitario, crece un árbol demasiado delicado y tímido para sobrevivir sin que las ramas se tuerzan, decaigan, pierdan fuerza cada día, como si no hubiera nacido preparado para enfrentar la dificultad del suelo áspero y las plagas, y su propia debilidad lo llevara a empequeñecerse hasta casi desaparecer, tapado por una vegetación que pareciera nutrirse de la audacia que a él le falta. Pero una sola vez en toda su vida -que no es larga- florece. Sucede en la estación de las lluvias, y su flor es la más extraña que pueda concebirse, no necesariamente bella ni cargada de polen. Me dirás que ceder lo