Las palabras más deseadas (Alice Munro)
Para festejar la llegada de la primavera invité a tomar el té en el jardín a esta magnífica Señora Y me dijo: Las palabras más deseadas pueden cambiar. Algo puede ocurrirles, mientras se espera. “Amor, necesidad, perdón. Amor, necesidad, para siempre.” El sonido de esas palabras puede convertirse en un estruendo, un ruido de taladradoras en la calle. Y lo único que se puede hacer es echar a correr, para no someterse a ellas por la fuerza de la costumbre. En las tiendas del aeropuerto ve varias cajitas, hechas por aborígenes australianos. Son redondas, ligeras como monedas pequeñas. Coge una con un dibujo de puntos amarillos, distribuidos irregularmente sobre un fondo rojo oscuro. Encima hay una figura negra, hinchada, quizás una tortuga, con las cortas patas extendidas. Impotente, de espaldas. Gail piensa: un regalo para Cleata. Como si todo el tiempo que ha pasado allí hubiera sido un sueño, algo que podía eliminar, al volver al lugar de su elección, a otro comienzo