Hebe Uhart, la benemérita: la alegría es un trabajo como cualquier otro
Decís: Qué se hace cuando se está triste como un gorrión moribundo, poco, pienso, qué se hace cuando sos un gorrión moribundo penando en soledad porque tenés el corazón partido en dos mil doscientas esquirlas y a nadie le importa o mejor dicho a la única persona que le tiene que importar, ni le va ni le viene, como diría H.U.; qué se hace gorrión moribundo cuando estás frente a uno de los atardeceres más hermosos que has visto y seguramente no vuelvas a ver, y se te escapa como si fuera un huevo que se cae y se rompe, nada, pienso, el corazón despedazado, sin consuelo, un gorrión moribundo y estás en un lugar que derrama belleza y el sonido es de pájaros desorbitados hablando o piando vitales como cancionistas portuguesas y la belleza se vuelve una canilla goteando, hay una pileta que no tiene horizonte, el agua baila levemente movida por la brisa que a tu pesar es bastante alegre sin esfuerzo alguno, un pájaro de pecho amarillo sol te camina cerca y el horizonte es verde, violeta