MARINA SERRANO: cuando la felicidad es ver entre las cosas involuntariamente



Marina Serrano, es una poeta sorprendente, con un manejo del lenguaje personalìsimo,  sus libros, abren, como una puerta al espacio sideral, un universo inesperado y hermoso.

Editora de Sigamos Enamoradas junto a Cecilia Romana, organizadora de los encuentros de Lecturas en la Playa en Quequén, estudiosa, música, campeona de artes marciales y sobre todo, presencia imprescindible para los que habitamos el jardín por su generosidad, bondad y talento.
Esperamos la aparición de su bello y último libro  este año “Lo único que importa”.

Aquí la autora:







Aquí algunos de sus poemas:

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El hacha

La cabeza de la niña al sol
columpia la montaña,
bosteza el bronquio dilatado
la amplitud íntima de la soledad.

Otro brillo y otro tallo entre ramas vivas
distraen el armado de la imagen,
prolongan el hallazgo de Tibias Largas
“la que camina por tesoros”.

El objeto que se oculta
busca su lugar entre las cosas
encuentra el goce
en quien se aferra al madero, su propio esqueleto,
y arroja a la popa del arma
aliento joven y violencia.

Entonces, ese hacha
que el desmalezador abandonó
buscó el dedo y lo hizo florecer.
La profundidad de la herida
no fue importante
la hemorragia tampoco, ella no mintió
cuando dijo que fue un rosal.
y  al correr el agua
por el apéndice articulado de su mano
la impronta de la sangre
fue una estela en la losa del lavabo
que aguardó el rehacer de la fibrina
y el auxilio de las plaquetas.

Ella espera,
guarda el hacha, el dedo, la excusa
los temores arbóreos y las raíces del retraimiento, también
los anillos perennes de las consecuencias.

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Por la vereda


Es difícil seguir el paso de las tibias largas,
el centro de gravedad oscila más de lo habitual
y legitíma, en cada uno de ellos
esa parsimonia inherente a su estirpe aristócrata.

Pieles y volados circundan los hombros
destacan su cintura escapular y la cabeza erguida
hace ya tanto tiempo, en pos de la razón.

Las costuras y sus aperos
traccionan en cada zancada.

Cierta necesidad de permanecer en silencio
me interrumpe,
mientras ella respira.

De las Tibias Largas, Ed. Sigamos Enamoradas, 2008.

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Sangre arterial

El médico virgen
intenta extraer sangre arterial,
presiona su proyección
fálica y aguda
contra el vaso elástico.

Falla.

Ignora
el par de ojos mirones,
el silencio obligado de la cuadripléjica,
y sigue
con su mete saca de aguja
practicando en el antebrazo
tatuado de gigantes rojas.

De Formación hospitalaria, Sigamos Enamoradas, Buenos Aires, 2006
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LIOPHIS POECILOGYRUS SUBLINEATUS

Una culebra cruza el río
leemos a Joyce sentadas en el puente
al atardecer.

Una culebra cruza el río
rápido, de costado, igual que en el desierto
nos miramos.

Si se mueve así
¿Cuánto demora en llegar a nosotras?

Una culebra cruza el río
desaparece entre los pastos
sin que se mueva un solo cilio
como si nada hubiera ocurrido.

Publicado en “El Jabalí”, revista ilustrada de poesía, nº 17, 2007.


¡Feliz cumpleaños y una vida feliz y venturosa, querida amiga!

Comentarios

  1. Muy interesante las fotografías en conjunción con los textos. La primera mirada que realicé de las fotografías fue genial. De repente vi piernas enlazadas a un solo cuerpo, luego reparé que eran ramas enormes, pero me quedo con esa mirada, tal vez, inocente, no sé. El texto "Tibias" entra en vínculo casi directo con estas fotos. Hermosísimo trabajo. Gracias, Mercedes.

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  2. Veronica, qué bueno lo que me decís, ya que la obra de Marina en ese libro es deslumbrante y las fotos, cuando vi esas ramas, fueron para mí exactamente piernas, piernas enlazadas. Gracias por estar aquí y por esa mirada lúcida y sensible.
    Un abrazo virtual con alegría.

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  3. Sabe el Arte, sólo el Arte de su beso en el viento con una y otra inspiración. Esa magia une, transforma y forma al Amor.

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