SHINKICHI TAKAHASHI: Al pie de un cactus con flores amarillas arrancándose plumas, una paloma se acurrucaba. Un perro lloraba como tragando el aire radiante.





SHINKICHI TAKAHASHI (1901-1987)
 
Nació en la prefectura de Ehime. Dejó su educación preparatoria a medias. Inició su carrera poética como dadaísta por el año de 1920. Más tarde, al profundizar en sus estudios de budismo Zen, su poesía cobra tonos filosóficos, basados en profundas meditaciones de la religión oriental. El poema “Plato” es su primer poema dadaísta publicado. En el original la primera estrofa se llenó con 22 ideogramas de “plato”, sara en japonés, escritas en forma de platos encimados. Para el joven poeta que trabajaba como lavaplatos en un restaurante, la única manera de expresar sus sentimientos —descontento de la realidad miserable que lo rodeaba— era escribir poemas; podía haber escrito miles de ideogramas de “plato” y luego los hubiera destruido hasta que se desahogara. Su encuentro con el budismo Zen le abrió otra dimensión poética: síntesis del dadaísmo y el budismo. En 1921 Takahashi escribía:
DADA afirma todo y niega todo
DADA encuentra el yo en todo
Todo es único; la resignación búdica
encuentra todo en todo...

Entonces no es nada insólito el matrimonio de Dada con Buda, pues descubrimos frecuentemente en los koan del Zen frases dadaístas. Publicó al menos diez libros de poesía y legó varios volúmenes de ensayos.



PLATOS

Plato plato plato plato plato
plato plato plato plato plato
plato plato plato plato plato
plato plato plato plato plato
Aburrimiento
Pasión con que repta una lombriz en el frente.
Con un delantal de color de arroz blanco
no sequen los platos.
Mujer de negros nidos nasales,
allí también el humorismo está ahumándose.
Disuelvan la vida en el agua
en la cazuela con sopa enfriada.
Flota el tedio.
Rompan los platos.
Al romperlos,
resuena el ruido de aburrimiento.

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PAPAS

Quisiera ser una papa
recién sacada de la tierra.

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HOJAS SECAS

No necesitan estar vivas
Se han muerto calcinadas
Han de ser oreadas al viento.
En la lluvia desolada de otoño
entre los montes de arces sutilmente coloreados,
como son hojas muertas caídas en la tierra,
han de dormir con tranquilidad.

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AUSENCIA

Decid que no estoy.
Decid que aquí no hay nadie,
que regreso cincuenta millones de años después.

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IGNORANCIA ES EL BUDA

Nada mejor que no saber nada
Bien dicho: “ignorancia es el Buda”

No saber nada
es la suprema sabiduría.


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ENSEÑANZAS DE BUDA

Las enseñanzas de Buda
no son para que vivamos
sino para señalarnos qué es vivir.
Una vez pronunciadas, ya son inútiles
También vivir es inútil,
mas vivimos por los demás
para señalarles qué es vivir.

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ABROJO

Brotaba una flor de abrojo
en el arenal de México.

La flor de abrojo se levantaba en un vaso
en medio del inmenso desierto de la luna.

Florecía el abrojo
encima del cerro escabroso del corazón de una mujer.
El mar, bullicioso, se manchaba con el abrojo.
El tallo del abrojo encerraba al cielo.

El abrojo púrpura
florecía en silencio
al costado de la mujer.
Era el cadáver de un hombre.

Al pie de un cactus con flores amarillas
arrancándose plumas, una paloma se acurrucaba.

Un perro lloraba como tragando el aire radiante.

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SAKANA
(pez)


Un pez nadaba.
No era en el océano,
ni en el río,
ni en el agua.

En la piedra
nadaba.

Con la piedra.
Fosilizado,
resistiendo,
sola espina sin carne,

cientos de miles de años
sobre el haz de la piedra,

huellas que habrán
de deshacerse

–aislada cada parte
del fenómeno.

Sólo en nuestra memoria
mueve su aleta el pez.

Está nadando.




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