Vivian Galban: Eros como origen del mundo






Vivian Galban, artista visual, arquitecta.

Sobre ella Fabiana Barreda dijo:


El dao originario genera el uno
El uno genera el dos
El dos genera el tres
El tres produce los diez mil seres
Los diez mil seres se recuestan contra el yin
Y abrazan el yang contra su pecho.
La armonía nace en el aliento del vacío intermedio.

Bajo el antiguo emblema de la tradición filosófica oriental, la artista Vivian Galban, desarrolla una serie de obras sobre los vínculos humanos, el cuerpo, el deseo y la alteridad. Sus imágenes indagan sobre los sistemas de construcción de subjetividad de las identidades sexuales.
En sus fotografías se yerguen dos grandes retratos corporales: lo femenino y lo masculino, las grandes energías del universo el yin y el yan, son representados bajo el antiguo signo alquímico del andrógino.
El cuerpo de una niña-mujer y el de un joven púber-femenino, entran como díptico a entablar un dialogo poético-político de relaciones.
Abrazándose a sí mismos recorren eróticamente su piel, delineando los nuevos límites de Eros.
Ella y El ya son uno, bajo la hegemonía de lo femenino, las marcas corporales se intercambian creando una nueva definición de sexuación como Eros origen de vida en el mundo. Mientras las fotos recrean un cruce inédito entre el retrato sensual de la historia de la fotografía internacional y local como la estética de los maestros Richard Avedon y Robert Mapplethorpe, así también como los argentinos Humberto Rivas, Res y Ananké Assef, los videos nos remiten a un universo inquietante e idealizado, unido a la tradición del videoarte como Douglas Gordon.
La primer pieza fotográfica es un estado de perfección: ella es capturada en el instante del vuelo, suspendida en un momento eterno de belleza, queda cristalizada su imágen en un blanco limbo paradisiaco.
En dialogo conceptual con la fotos, la videoinstalación, se pone en relación a esta pieza, en la repetición del movimiento realentado en loop, en ese gesto la pieza recupera una y otra vez ese estado de perfección. Intenta hacer eterna una epifanía.
Al final de este proceso, otra videoinstalación integra todos los campos metafóricos de la muestra.
Dos cuerpos unidos en una matriz uterina giran espiraladamente, como un huevo cosmogónico.
El y Ella unidos tantricamente, como en la alegoría del Amor del texto del Banquete de Platón, son capturados por la cámara: fusionados, alterizados y espejados narcisisticamente, las dos fuerzas creadoras -yin y yan - giran hasta disolverse definitivamente en el origen del infinito.
En ese núcleo mántico la simbiosis generativa del universo vuelve a renacer.



Los invito a darse una vuelta por su universo poético:

Aquí la propuesta




Aquí la autora:




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