Botánica sentimental en Diario La Nación por Carolina Esses
Botánica sentimental, de Mercedes Araujo
Una novela con el oficio de la poesía
10 de septiembre de 2022
Carolina Esses
PARA LA NACION
“El abandono es una mala carga”, dice Antonia, la protagonista de Botánica sentimental, segunda novela de la poeta Mercedes Araujo (Mendoza, 1972), hacia el final del libro. Lo dice para explicar su regreso a La Silenciada, la casa de la infancia –una casona que lleva años cerrada, invadida por el polvo de la aridez de Perdriel– y también como respuesta a su propia escritura: mientras limpia y vuelve a habitar esa casa, Antonia escribe para exorcizar ese abandono último, que es el de la muerte.
Hebe Uhart decía que el personaje es ante todo su voz. Araujo alterna la narración en tercera persona con intervenciones en primera y logra encarnar el tono particular de cada uno de manera notable construyendo un libro polifónico y cinematográfico.
La autora tiene el oficio de la poesía: tuerce la sintaxis, omite artículos, verbos. Sus palabras parecen recién nacidas, como si nadie las hubiera pronunciado antes. Así, los chicos en lugar de quejarse “rebuznan” y en lugar de ruido hay “ruiderío”. Trabaja el ritmo de la frase y logra un tono muy personal: un estilo. Escribe también con los sentidos alertas: lo que cuenta se huele, se palpa, se oye. “Por la noche”, dice “un oro pálido y un recatado aroma a flores, con un dejo de manteca en la boca.
Se trata de una escritura de gran sensualidad, una novela que se disfruta con asombro, maravilla y también algo de miedo: la tierra es traicionera y debajo de los cimientos de cada casa, está la amenaza del terremoto. Esos sismos que marcan la historia de Mendoza y que recuerdan que nada es definitivo. Afortunadamente, el lenguaje con toda su capacidad de vuelo, está ahí disponible para quien se aventure, como posibilidad de reconstrucción.
Botánica sentimental
Por Mercedes Araujo
Lumen
234 páginas, $ 2999
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