Bótanica sentimental/ Lumen/ La crítica dijo...
***Elegido entre los mejores libros del año
2022 por Infobae***
Antonia conduce de regreso a La Silenciada,
la casona familiar abandonada entre viñedos. Los caracoles de la ruta dibujan
las vueltas de su propio pensamiento ensimismado por un amor quebrado que la
tiene sin rumbo.
La vieja finca es, a la vez, punto de
llegada y de partida. Allí resuenan los ecos del léxico de una familia que
hunde sus orígenes en una tierra que cada tanto se sacude por el latido arrebatado
del planeta y desde donde puede verse un cielo con millones de estrellas.
En zona de
terremotos Mercedes Araujo construye esta historia de dos siglos con gestos,
rutinas y dichos. El cruce de los Andes en un pequeño avión de tela, un caballo
que se desboca o un estudio de cine en pleno desierto: todo tiene el mandato
efímero de la inminente destrucción y la eternidad de la belleza.
Sobre Botánica sentimental la crítica
dijo...
«Mendoza estaba necesitando, desde hace
largo tiempo, un nuevo relato que le pintara el alma con tonalidades
contemporáneas; que volviera a dibujarle el mapa de sus cicatrices en la
tierra. …ya ido el inigualable Antonio Di Benedetto, el espacio vacío empezaba
a volverse grande, a incomodar hasta que Mercedes Araujo llegó, en puntas de
pie y casi sin anunciarse, con su Botánica sentimental, con suficiente bagaje
como para saldar la deuda». Andrés Gabrielli, Diario Uno
«A la tristeza del duelo, se le contrapone
un lenguaje celebratorio, vital, lleno de imágenes con el que se va a narrar
parte de la historia de Mendoza y de esa familia. [...] Se trata de una
escritura de gran sensualidad, una novela que se disfruta con asombro,
maravilla y también algo de miedo: la tierra es traicionera y debajo de los
cimientos de cada casa, está la amenaza del terremoto». Carolina Esses, La
Nación
«En Botánica sentimental los personajes, por
sobre todo las madres, hijas y nietas, se aman con profundidad y leve distancia
a la vez. [...] Palabras que se deslizan con precisión blanda, sonora y justa.
De eso se tratan estos libros; algo así como el punto exacto del abrazo». Diana
Fernández Irusta, La Nación
«Por un lado cimentada en la preciosista
estructura argumental que liga personajes e historias y, por el otro, en la voz
particularísima, esta botánica se instala como un sistema de vinculaciones
intergeneracionales, afectivas, territoriales, poéticas». Paula Jiménez
España, Página 12
«Un libro deslumbrante, lleno de la
oscuridad sensible de quien sabe mirar, lleno de la picardía de quien puede asomarse
a las vidas de los demás […] un libro que usa la lengua como una geografía de
plano y de relieve, la explora con el afán historiográfico, dar cuenta de los
temblores y las rajaduras familiares; la busca como al agua en ese desierto,
como a la sed». Julián López, Latfem
«Un libro sobre las naturalezas del amor,
los viajes, los reencuentros. El lenguaje como un ser que late: un corazón que
va al compás de la vida y del divino tiempo. Muy precioso». Katya Adaui
«Con una prosa iluminada, personalísima, Botánica
sentimental evoca y recompone una vasta conversación entre generaciones de
mujeres. Pronuncian frases delicadamente sabias como al pasar, en escenas
tiernas e inolvidables sembradas con radical libertad y exquisita agudeza, en
un universo tan íntimo como vibrante». Magalí Etchebarne
«En esta bella novela de Mercedes Araujo, las mujeres avanzan hacia el proscenio; los hombres, en general, se mueren antes o fuera de escena y sus retratos -afectuosos o irónicos- se pintan con una paleta más tenue que los de las errabundas, jardineras, esclavas o viñateras cuyo linaje se teje a través de casi dos siglos. Con el cuidado de un copista inclinado sobre una inicial fantástica, Araujo delinea historias de antiguas y contemporáneas, unidas en torno a ese fuero de atracción que es la casa solariega.» Laura Chalar, El País, Uruguay
«En Botánica sentimental la
aridez está omnipresente. Lo que allí sucede cuando logramos ponernos al
abrigo del sentido es la manifestación de una prosa que mientras erosiona disemina.
Y lo que brota cuando encuentra cobijo son hermosas flores silvestres que se
muestran en medio de la desolación. O mejor, de un clima de montaña que conoce
los contrastes. Que de esos contrastes hace su lugar, y al hacerlo muestra la
posibilidad de una belleza frágil y con capacidad de reproducirse en entornos
extremos. La de Araujo es una escritura enraizada en una geografía. Los valles
que construye son atravesados por un ramalazo de escritura que los interrumpe.
La fuerza natural aparece, no de forma inesperada para quienes conocen esas
geografías, sino como la inevitable resolución de un conjunto de fuerzas que
estaban en tensión. Nunca como sentencia final, nunca una última palabra. Una
escritura libre que aporta asperezas. » Horacio Maez- El Diletante
«
La prosa tiene un
ritmo muy particular, un tono acompasado y delicioso y una textura que dota de piel a las plantas,
de palabras a las montañas y de savia y cuero a las personas. Araujo
construye el relato respetando el discurso del inconsciente que aparece ya como
recuerdo, ya como olvido y
va labrando la memoria. Le otorga la voz, en la primera persona, a cada
personaje y deja que la acción transcurra tanto en presente como en pasado. De
este modo el lector se verá envuelto en un caleidoscopio de escenas o retazos de vida, que abarcan doscientos
años, narradas por los propios protagonistas a los que la autora les
otorga la autonomía del relato. Aunque es Antonia quien convoca a sus
antepasados, no hay un narrador expuesto que ordena ni conduce ningún hilo…Mercedes Araujo tiene la generosidad de
presentarnos a Antonia y luego correrse a un lado, dejar que el espacio
abandonado de La Silenciada resurja con sus montañas, su cielo, sus vides; los
gestos, las frases y las acciones de los humanos que la fueron habitando y que
están ahí esperando para ser futuro. » Natalia
Brandi- La Balandra
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